jueves, 26 de diciembre de 2013

DON RODRIGO CAMACHO CAFUENTES

Nació el 13 de marzo de 1889, sus padres fueron Don José María Camacho y Doña María Refugio Cafuentes, su abuelo materno Don Francisco Cafuentes, había emigrado de la jurisdicción de Zapotlan el grande quien venía a ocuparse de los menesteres administrativos de la hacienda de El Limón Nuevo o Almolón a mediados de los 60, con su esposa Doña Serapia Gutiérrez había procreado, este ultimo sacerdote.

Los viejos archivos dan cuenta de que siempre ocupó cargos relevantes al servicio de los limonenses.

Don Rodrigo fue nombrado desde 1908 maestro y director de la escuela parroquial, obra que realizó a favor de la niñez limonense y de la cultura de nuestro pueblo. En 1913 El Limón deja de pertenecer al municipio de Autlán para pasar a la jurisdicción de El Grullo Don Rodrigo es elegido Presidente Municipal. Durante su gestión se consolidó El Grullo como municipio y se gestionó la separación de los terrenos de la hacienda que habían sido asignados para la función de la parroquia.
En 1921 es candidato por el distrito 13 de Tlaquepaque para ocupar una silla en el palacio legislativo.
Formó parte de la comisión revisora de credenciales, puesto de gran importancia para la acreditación de funcionarios electos. En diciembre de 1922 ocupó el puesto de secretario.
En la siguiente legislatura fue candidato a diputado del distrito 19 que era el de Autlán y el 1928 obtiene la candidatura por el distrito 17 de Ciudad Guzmán par la diputación federal, cargo que ocupó desde el 1 de septiembre de 1928 al 31 de agosto de 1930, ocupó el cardo de Presidente del Colegio Electoral, cargo que equivalía a presidente del Congreso. Aprobó la Ley Orgánica Del Poder Judicial, tenían que ver con la organización del ejército e impulsó un organismo denominado DIRECCIÓN GENERAL DEL MAIZ.

Lo hicieron merecedor a ocupar de cargo de primer presidente estatal del Partido Nacional Revolucionario después sería el Partido Revolucionario Institucional, instituto político que serviría para terminar con los cacicazgos militares y regionales. Sus últimos días los pasó viajando de Cihuatlán a Guadalajara, en autobús, un día mientras hacia la ruta de Cihuatlán a la capital al pasar por Tecolotlán se durmió para nunca despertar.

Escudo

Es un escudo de forma francesa, terciado en barra y cortado. En el primer cuartel se aprecian las figuras de un espécimen bovino y una milpa de maíz. En el segundo cuartel están representadas las figuras de un balón de fútbol, el arco de acceso al atrio del templo de la Inmaculada Concepción, y unos libros. El tercer cuartel ostenta el mapa del territorio municipal. El cuartel inferior contiene la vista panorámica de un campo cultivado y, al fondo, un paisaje montañoso. 

En la punta de la bordura, se aprecia una inscripción. A manera de timbre, la figura de un cítrico partido por la mitad y en su interior una leyenda. 

Significado: 
El maíz y la res representan las principales actividades económicas del municipio: agricultura y ganadería.  

Los libros, la fachada del templo y el balón de fútbol, representan educación, religión y deporte, respectivamente. 

Aspectos que se fomentan entre los habitantes de El Limón y los distinguen en su región. 

El mapa del municipio representa su territorio y sus principales poblaciones: El Limón (cabecera municipal), San Juan de Amula, La Ciénega, San Miguel Hidalgo, El Palmar de San Antonio, San Roque, San Buenaventura y El Rodeo. 
En el paisaje se destaca el relieve montañoso de esta región y el horizonte promisorio para El Limón, basado en la explotación de sus recursos. En la bordura se lee el nombre oficial de la municipalidad: El Limón, Jalisco.  La tapa del limón que corona al escudo alude a la denominación del municipio, y entre sus gajos se inscribe el lema que lo distingue y que se inspira en las cualidades que dan personalidad a este municipio.

Lema: Trabajo, Unión, Libertad, Progreso. 

Este blasón resultó ganador en el concurso que se organizó en el municipio para obtener un escudo representativo de El Limón. El ganador de este certamen fue el diseño presentado por el profesor José Cervantes Ruiz.

Hacienda de El Limón Viejo

Es muy antigua esta hacienda. El archivo parroquial de Ejutla empieza en 1727 y en él consta que el 8 de febrero de 1728 se casó José de Dios “sirviente de la Hacienda del Limón”  con Luisa Abad “sirviente de la Hacienda del Limón” hijo de Juan de la Trinidad y Maria Columba.

Eran tierras de realengo que la corona española dio al libero Juan Vicente Rosales S. Mejía; abarcaba los terrenos de La Ciénega, Zanjon, Narigón, Cidra, Tortuguilla, Tortuga, El Grullo, Parotillas, Guayabo, Almolón, Higuera, Presa, Tamposas; Gallo, Trigo y Potrero del Casco. Eran tierras fértiles con abundante agua. Cerca del agua caliente están las ruinas de una gran presa que regaba ricos cañaverales; 300m mas abajo del nacimiento del agua de la Atarjea en un barrio del pueblo están los rastros de una presa que regaba los trigales de Almolón.

Los numerosos monos de barro y piedra, y los metates huilanches que se encuentran por dondequiera hacen suponer que estas tierras las habitaron los indios. Cuando llegaron los españoles, San Juan de Amula era el principal pueblo indígena de esta región gobernado por un cacique. En octubre de 1525 se hospedó aquí el Cáp. Francisco Buenaventura Cortés quien dio a estos indios tierras para una comunidad indígena, las sobrantes se las cedió en encomienda a Matín Monje y Pedro Gómez, durante mucho tiempo depende de Tenamaxtlan. Después se formó el municipio de San Juan de Amula y el desaparecer éste en 1875, San Juan se anexó a Ejutla y El Limón a Autlán. 

Reseña Historica

A la llegada de los conquistadores esta región pertenecía al cacicazgo de Amula; llamado después San Juan de Amula por los peninsulares. 

En octubre de 1525, viniendo de Colima, se hospedó aquí el capitán Francisco Cortés de San Buenaventura, quien conquistó pacíficamente al poblado, dándoles tierras a los aborígenes para que formaran una comunidad. El Rey de España les concedió el título de pueblo y grandes terrenos para una comunidad indígena. Desde 1526 estas tierras pertenecieron a la provincia de Martín Monje y Pedro Gómez, que tenía como cabecera a Tenamaxtlán, después se anexó a Autlán. 

La Hacienda del Limón Viejo es muy antigua; hay constancia de que ya existía desde 8 de febrero de 1728. Eran tierras de realengo que la Corona dio al peninsular Juan Vicente Rosales Mejía, los terrenos eran fértiles y con abundante agua. El primitivo casco de esta hacienda estaba en lo que ahora es el barrio de La Ciénega y se le conoce con el nombre de El Limón Viejo. 
                                                          
En diciembre de 1817 quedó despoblado El Limón Viejo. El 8 de enero de 1818 los hacendados, peones y rancheros se mudaron al Limón Nuevo, una estancia ganadera, en ese entonces, de la vieja hacienda. Se avecindaron en el citado lugar para beneficiarse con el camino real y los grandes manantiales de agua que ahí  había. 

Los descendientes de Juan Vicente Rosales siguieron poseyendo estas tierras; en 1845, las rentaron por nueve años a Pedro J. L. May, vecino de San Juan de Amula. 

Desde esas fechas hasta la formación de los ejidos de El Limón  1921 y La Ciénega, en 1922, fueron varios los propietarios de esas tierras.  Por decreto número 10, publicado el 31 de marzo de 1883, se erigió en comisaría política y judicial la congregación de El Limón, del municipio de Ejutla. 

Por decreto número 762, publicado el 6 de abril de 1897, la comisaría de El Limón quedó segregada del municipio de Ejutla y pasó a formar parte del de Autlán. El 14 de diciembre de 1912, se publicó el decreto número 1528, en el cual se dispuso que la comisaría de El Limón pasaría a pertenecer al municipio de El Grullo. Finalmente, la comisaría de El Limón fue erigida en municipalidad según el decreto número 2069, publicado el 8 de junio de 1921 y aprobado seis días antes. La iniciativa se debió a algunos vecinos y al apoyo del diputado Rodrigo Camacho Cafuentes.